Ayer fui a una fiesta, que mas que una fiesta cualquiera fue una espectáculo interactivo donde se escuchó buena música techno, una muy buena exposición fotográfica acerca de la cultura mexicana, performance cirquero, una exposición de algunas pinturas de artistas jóvenes provenientes de la esmeralda y para finalizar, que de final no tuvo nada, porque fue el principio de esa gran fiesta, un "chaman" o bueno, me gustaría llamarlo así, el señor empezó a tocar el caracol y a decirnos unas cuantas palabras antes de empezar la celebración y vaya que nada aburridas; hablaba del ser mexicanos y creérnosla, pelear y sentirnos muy orgullosos de serlo, de que no hay otra cultura como la nuestra que nos pueda igualar y que el ser nacos, fresas, pandrosos, hippies, rockers... y toda esa bola de adjetivos "pendejos" los borremos de nuestra mente, el racismo es algo que nos caracteriza como mexicanos, pero también nos caracterizan muchas buenas cosas más como es la hermandad, la amabilidad, el trato humano, la inteligencia, la hospitalidad, la comprensión, la honestidad, la empatía , el ser trabajadores empedernidos, nuestras sonrrisas y por sobre todo nuestro gran corazón.
Esto me hace pensar mucho acerca de lo que pasa en estos tiempo de “crisis”, en la cubeta llena de cangrejos, en la desesperación en la que vivimos, el egoísmo sembrado por la envidia y la indiferencia. Como ya lo hemos escuchado hasta en la sopa , pero no esta de más repetirlo “ EL DINERO NO ES UN FIN; ES UN MEDIO” y preocupémonos por vivir la vida, que por estar guardando centavos que seguramente solo comprarán comodidades y las comodidades no necesarias, hacen que nuestro cerebro llegue a atrofiarse, mejor crear dendritas poniéndonos en situaciones adversas, además de experimentar adrenalina, se llega también al conocimiento personal de uno mismo.Y dicho y hecho el chaman también habló acerca de que somos el o nuestro universo, que si queremos entender y justificar el universo, tendremos que conocernos y entendernos nosotros mismos.
Mi solución es fácil y básica, guiarnos y creernos nuestros valores actuarlos y dejar la indiferencia en la que vivimos, darle la mano al de a lado.
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